UNA NAVIDAD QUE SE NOS FUE
Celebración de la Navidad y el Fin de Año, o Año Nuevo, se han convertido en un espléndido negocio para los agentes del turismo, y un escape único del mundo del trabajo, hacía unos días de auténtico relax.
LAS INIQUIDADES DEL PODER
Cuando quiero llorar no lloro,
y a veces lloro sin querer…
Rubén Darío.
Por Antonio Pedro Tejera Reyes*
En la emblemática Plaza del Charco, de Puerto dela Cruz, isla de Tenerife, ciudad donde nació el turismo en Canarias, tuvo lugar en Diciembre del año 2011, el tradicional Almuerzo de Navidad, que todos los años celebrábamos con profesores y alumnos del mejor programa mundial relacionado con la formación profesional para llegar a ser un exitoso gestor en el sector del turismo mundial.
Ese año estuvo señalado por la presencia de las alumnas francesas procedentes de un instituto de París, íntimamente relacionado con su alcaldía, quienes resaltaron con su aportación, la fraternal unión de nuestros continentes América-África-Europa, en una animada fiesta después de asistir a la lección magistral del profesor Francisco Vicente Rodríguez, sobre LA IMPORTANCIA DE LA GEOGRAFIA Y LA HISTORIA EN EL DESARROLLO DEL TURISMO.
Son estampas vividas que no se apartan de nuestra mente después de este largo tiempo de absentismo, en el cual no han dejado de aparecer los trágicos momentos que soportamos viendo desaparecer de forma inminente, “inmisericorde”, y sin ningún tipo de defensa posible, un programa de formación profesional para el turismo, que en algunos momentos oímos como en la propia Organización Mundial del Turismo, le calificaban como el mejor del mundo. Era el fruto de una larga labor de mas de cuarenta años de investigación, que se llevó en paralelo con la actividad práctica, con el fin de determinar las necesidades del conocimiento para participar en el mundo entero en algo de tanta importancia vital para «La Humanidad!, como es el desarrollo del turismo. Algo muy difícil entender para aquellos que generalmente sus conocimientos “académicos” no van más allá de “la punta del muelle” como decimos en Canarias.

Grupo de graduados iberoamericanos celebrando La Navidad, durante los cursos de formación profesional turística, que se realizaron en Tenerife durante los años 2000-2012
Un mundo desconocido
Las decenas de alumnos que pasaron por las Islas Canarias, en esos años 1999-2011, procedían de todos los países de Iberoamérica, exceptuando Paraguay y Honduras, aparte de alguno de EE.UU., Japón y Senegal. Un mundo desconocido que hacia temblar de emoción a nuestros brillantes profesores a quienes teníamos que estimular durante sus exposiciones, ante la perspectiva que se les presentaba de mostrar su conocimientos ante un selecto grupo de interesados estudiantes graduados todos en turismo en sus respectivos países, que viajaban a Canarias, con la ilusión de conocer en vivo los poderes del movimiento turístico, sus fórmulas para saberlo desarrollar y, fundamentalmente, los mas exitosos modelos para su gestión.
Los resultados están reflejados en cientos de trabajos, y en una larga serie de reflexiones, consideraciones y opiniones, presididas por las notas de agradecimiento que alguna vez llegó hasta adquirir expresiones como la de haber cambiado su vida, después de la experiencia vivida en nuestros increíbles programas.
La aportación de nuestros ex-alumnos –hoy mucho de ellos jubilados después de una exitosa vida laboral – fue decisiva para la organización y ejecución de estos programas. Ellos eran el soporte de todo, con ese conocimiento que les habíamos inculcado desde las aulas y que más tarde les convirtieran en serios y honestos profesionales, algunos de ellos empresarios de éxito, dirigentes comerciales, y hasta políticos renombrados cuyos casos han sido notorios en las islas, algunos con proyección internacional
En ese mundo de ilusión, logros y constancia, no podía faltar el pecado capital de la envidia, mucha de ella sana, como la de algunos miembros de otros países que nos felicitaban por la forma en que habíamos conseguido la comunión empresa-centro educativo, algo que en sus países era una auténtica utopía.
Difícil y complicado un trabajo de largo alcance, que tuvo que nacer treinta años atrás con unos parámetros que iban soñando con un futuro que llegó, dejando muchos muertos por el camino, pero que formó una pléyade de personajes que cuando llegaron a la cúspide de las empresas sabían lo que tenían que aporta para que las jóvenes generaciones se integraran en sus equipos con el conocimiento y la experiencia necesaria, tanto para si mismos, como para el movimiento mundial del “turismo que es riqueza para la persona, para la familia, para la comunidad, para el mundo entero”…

Grupo de graduados iberoamericanos celebrando La Navidad, durante los cursos de formación profesional turística, que se realizaron en Tenerife durante los años 2000-2012.
EL MUNDO DE LA ILUSIÓN NAVIDEÑA
No queremos que falte en esta exaltación de estas memorables fechas, el extraordinario escenario de los destinos turísticos emergentes los cuales gozan del envidiable legado de la experiencia que trasmiten aquellos otros cuyas plazas hoteleras se tiene que contratar con años de anticipación para disfrutar de La Navidad o el recibimiento del Año Nuevo, debido a los espectáculos que se han montado alrededor de estas fechas que han dado prestigio y alto rendimiento económico a los lugares de destino, como el mas que célebre Concierto de Año Nuevo en la ciudad de Viena, trasmitido por televisión a cientos de millones de telespectadores. Otros han basado increíblemente su promoción en competiciones deportivas como el caso de la famosa carrera de San Silvestre, en Sao Paulo.
El desarrollo de la economía mundial y la progresión sociológica del mundo, hace posible todo un conglomerado de acciones que cada año se supera, y que aquellos iluminados que sepan ir por delante de lo que va a acontecer, serán los premiados en todo lo que sea reconocerles su integración en las necesidades y los gusto de las nuevas generaciones, sin caer, naturalmente, en la osadía de la extravagancia, la ignorancia, o de la ordinariez.
Un mundo en el cual, las horas que hemos disfrutado con la Universidad para La Paz presente, nos ha remitido al valor personal como el principio y fin de todas las cosas, creándonos una visión cuya perspectiva es el positivismo, muy lejos de aquellos quienes nos han despojado de valores irrecuperables cuyo fin será, sin duda, el cajón de los desperdicios, como muy bien acuñaba el famoso Edward Deming en sus programas sobre “la calidad total”.
Navidad, Año Nuevo… Un mundo de esperanzas, para hombres y mujeres de buena voluntad… “cuando quiero llorar no lloro, y a veces lloro sin querer”…
*Del Grupo de Expertos dela Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas.
Foto de Portada/ La licenciada Natacha García, de la universidad, Univer Cidade, de Rio de Janeiro, durante su periodo de instrucción, en los cursos de Canarias, ante el taller de tallado de frutas, impartido por el profesor peruano, Edwin Toledo.