EN MEDIO DEL DEBATE SOBRE ARMAR A LOS MAESTROS EN EE.UU., ¿QUÉ ENSEÑA LA IGLESIA SOBRE LA AUTODEFENSA?

La policía se reúne en la Escuela Católica de la Anunciación en Minneapolis (Estados Unidos) el 27 de agosto de 2025, tras un tiroteo masivo que mató a dos niños e hirió a otros 17, de los cuales 14 eran menores | Crédito: Chad Davis, CC BY 4.0, vía Wikimedia Commons.
Por Daniel Payne*
EE.UU./10/09/2025.-“Habrá que estudiarlo”. Esa fue la opinión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ante la propuesta de armar a los maestros en las escuelas para contrarrestar a los autores de tiroteos masivos.
El presidente hizo esos comentarios el 2 de septiembre, casi una semana después del letal tiroteo en la iglesia católica de la Anunciación en Minneapolis. Ese ataque cobró la vida de dos niños, dejó a muchos otros heridos y volvió a plantear la cuestión de si se debería permitir a los maestros portar armas en las escuelas.
Los legisladores probablemente debatirán el asunto durante un tiempo. En algunos casos, ya se ha decidido: un puñado de estados, incluidos Florida, Idaho y Texas, permiten que los maestros de escuelas públicas porten armas en ciertas circunstancias.
Que esto se adopte o no de manera generalizada en las escuelas católicas es otra cuestión. Aunque el debate es profundamente, y a veces amargamente, polémico, la enseñanza de la Iglesia Católica parecería permitirlo.
El Catecismo de la Iglesia Católica nunca se ha pronunciado directamente sobre la moralidad de portar armas de fuego, mucho menos en un entorno escolar. Pero el texto sí estipula que la “legítima defensa” puede incluir el acto de un “golpe mortal”, aunque debe hacerse en defensa de la vida propia y no como un fin en sí mismo.
Quizás lo más notable es que el catecismo establece que la “legítima defensa” puede ser “no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro” (n. 2265).
“Los que tienen autoridad legítima tienen también el derecho de rechazar, incluso con el uso de las armas, a los agresores de la sociedad civil confiada a su responsabilidad”, afirma.
Esto parecería al menos permitir la posibilidad de armar a los maestros para contrarrestar a los autores de tiroteos masivos. Pero si ello es una buena idea o una propuesta defendible es otra cuestión.
“No estoy convencido de que estemos en una situación social en la que armar a los maestros sea justificable”, dijo el profesor Jacob Kohlhaas a CNA, agencia en inglés de EWTN News.
Kohlhaas es profesor de Teología Moral en Loras College en Dubuque, Iowa (Estados Unidos). Se describió a sí mismo como “no absolutamente pacifista”, pero dijo que la propuesta de armar a los maestros está “profundamente equivocada” y que “utiliza algunas partes de la tradición moral católica mientras descuida otras”.
“En realidad puedo imaginar escenarios donde los maestros armados podrían ser justificables, pero sólo puedo imaginarlo en un contexto de problemas de seguridad generalizados o disturbios civiles”, indicó.
“En una democracia funcional, incrementar la capacidad de respuesta letal sin cuestionar por qué se necesita tal fuerza va en contra de nuestras obligaciones con el bien común”, añadió.
Kohlhaas señaló que en su propio estado recientemente se volvió mucho más accesible la tenencia de armas, lo que hace “más difícil retirar [las armas] a individuos potencialmente violentos”.
“Me resulta difícil imaginar cómo una respuesta drástica está justificada cuando estamos creando activamente un entorno más propicio para el problema de fondo”, dijo.
En contraste, Patrick Toner, profesor de Filosofía en Wake Forest University, ha sostenido que “no es una mala idea” poner armas en manos de los maestros.
Tras el tiroteo de 2022 en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, que cobró la vida de 19 estudiantes y dos maestras, Toner escribió que las leyes que prohíben portar armas legalmente en los campus escolares hacen que los tiradores puedan “asumir en general que las escuelas son verdaderamente zonas libres de armas”, convirtiéndolas en “objetivos fáciles” para potenciales asesinos.
“Es inquietante escribir sobre endurecer nuestras escuelas. ¿Acaso no deseamos que no hubiera asesinos enloquecidos… buscando masacrar a niños indefensos?”, dijo Toner. “Y, sin embargo, en nuestra cultura depravada, no sorprende que encontremos abundancia de posibles asesinos”.
Toner dijo a CNA que sus convicciones sobre el asunto “yacen principalmente en el ámbito del juicio prudencial más que en la aplicación directa de alguna enseñanza de la Iglesia”.
Aun así, afirmó, la Iglesia sí afirma claramente que los católicos “tenemos efectivamente derecho a defendernos y una profunda obligación de proteger a los indefensos”.
Si esa obligación se extiende o no al hecho de portar armas en las escuelas es, por supuesto, materia de debate.
El Catecismo cita a Santo Tomás de Aquino al decir que cualquier autodefensa que incorpore “una violencia mayor que la necesaria” es “ilícita”, pero que repeler un ataque de forma “mesurada” es apropiado (n. 2264).
No obstante, Aquino estipula además que en actos de autodefensa no es necesario moderar la respuesta únicamente “a fin de evitar matar”, ya que “es mayor la obligación que se tiene de velar por la propia vida que por la de otro”.
El santo añade además que quienes tienen “autoridad pública” tienen más margen para usar defensa letal en la medida en que la refieran al bien público.
Aunque las autoridades de la Iglesia en Estados Unidos no se han pronunciado explícitamente sobre la cuestión, algunas han expresado reparos ante la propuesta de armar a los maestros.
Tras el tiroteo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, en 2018, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos dijo en un comunicado que la “idea de armar a los maestros parece plantear más preocupaciones de las que resuelve”.
“Debemos recordar siempre lo que está en juego al tomar medidas para salvaguardar nuestras comunidades y honrar la vida humana”, dijeron los obispos en ese momento.
Como era de esperar, ningún Papa se ha pronunciado directamente al respecto, pero los Papas han hablado regularmente en contra de la proliferación de armas de fuego.
El Papa Francisco fue un crítico constante de la industria armamentista, aunque mayormente en el contexto bélico; mientras que tras el tiroteo de Minneapolis, el Papa León XIV rezó a Dios para que “detenga la pandemia de armas, grandes y pequeñas, que infecta nuestro mundo”.
Kohlhaas, por su parte, reconoció que existen “personas encargadas de proteger a la sociedad que deben poseer y usar responsablemente armas de fuego”, pero argumentó que “extender eso a los maestros sin preguntar seriamente por qué y cómo hemos llegado a este punto es un problema”.
La violencia armada, señaló, no es inevitable, y los seres humanos tienen “la obligación de elaborar y adaptar los productos humanos hacia el bien común”.
“Cuando simplemente nos rendimos y pensamos que una forma particular de violencia que ocurre en una sociedad muy particular está de algún modo fuera de nuestro control, fracasamos profundamente en reconocer nuestras responsabilidades de evaluar y remodelar esa sociedad”, concluyó.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.
*Daniel Payne
Daniel Payne es editor senior de Catholic News Agency. Anteriormente trabajó en College Fix y Just the News. Vive en Virginia con su familia.