EL SISTEMA FUNCIONA, LOS ELECTORES NO
Por Antero Flores-Araoz*
En los últimos treinta años, nuestro sistema democrático ha funcionado, con sucesivas transferencias de gobierno en los plazos establecidos y con una sola interrupción, el imborrable autogolpe de Alberto Fujimori, del 5 de abril de 1992, con su famoso “DISOLVER” y que se reparó parcialmente con las elecciones al Congreso Constituyente (CCD) del mismo año, gracias a una transacción política, con los auspicios de la OEA en su Asamblea de Nassau (Bahamas) el 18 de mayo del mismo año.
Luego en 1995 y en el año 2000, hubo también elecciones, con más que sospechas que el resultado no fue el fiel reflejo de las urnas y, ante la destitución, en el último año citado, de Alberto Fujimori, el sistema también funcionó, como se prueba con la asunción a la Presidencia de la República, de Valentín Paniagua, previamente encumbrado a la Presidencia del Congreso.
Se llamó a elecciones y el 2001 asumió la presidencia quien las ganó limpiamente, esto es Alejandro Toledo, aunque su comportamiento, en lo ético, dejase mucho que desear y que tendrá que ser dilucidado en los estrados judiciales. Después de Toledo, asumió por segunda vez el Gobierno Nacional, Alan García, con un ejercicio gubernamental exitoso a diferencia de su primer mandato.
A Alan García lo sustituye Ollanta Humala, quien, pese a la preocupación de la ciudadanía por su inclinación de corte socialista, no se interrumpió el crecimiento del país, aunque con ratio bastante menor que el de su predecesor.
El gobierno de Humala fue seguido por el de Pedro Pablo Kuczynski, quien tempranamente se vio precisado a renunciar, siendo sustituido por su vicepresidente, Martin Vizcarra, en sucesión absolutamente constitucional, aunque luego quisiera imitar a Alberto Fujimori, con su disolución parlamentaria, disimulada con la cuestionable “negación fáctica de confianza”, aderezada con vicio de inconstitucionalidad. Esto último nos llevó a elecciones parlamentarias para completar el período del anterior Congreso, con el resultado conocido; el reemplazante superó al fenecido en impericia e ineptitud. Vizcarra fue vacado dentro de proceso parlamentario válido y asumió la Presidencia de la República Manuel Merino, en aquel entonces Presidente del Congreso, quien ante su renuncia fue reemplazado por Francisco Sagasti por así corresponderlo.
Como podemos observar de lo narrado, que se ajusta estrictamente a los hechos, el sistema democrático, mal que bien, ha funcionado, aunque no haya satisfecho a la ciudadanía los resultados electorales, como tampoco el rendimiento de los electos, por más que anunciasen “gabinetes de lujo”, más en el deseo que en la realidad.
Los procesos electorales, por lo general, han estado dentro de los estándares aceptados, pero lamentablemente los electores no siempre se han comportado debidamente y, mal que les pese a muchos de ellos, los parlamentarios que hoy tenemos son el fruto del sufragio del 26 de enero de 2020. Por supuesto no todos son malos, hay una minoría que sobresale por su conocimiento, comportamiento y buena disposición.
Como vemos, la falla fundamental ha estado en manos de los electores que no han sabido elegir, por lo que en el 2021 esperemos que no repitan torpezas y, que las agrupaciones políticas hubiesen seleccionado adecuadamente a sus candidatos para no generar nuevamente la frustración que hoy vivimos
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*Prestigioso Abogado y político peruano.
Ex ministro del interior, Ex Senador, Ex congresista.
Fundador del partido político ORDEN