EL TURISMO PERUANO MÁS ALLÁ DE MACHU PICCHU
Por Pilar Marín Bravo
El Perú ostenta con orgullo tener a la ciudadela arqueológica de Machu Picchu como su principal atractivo turístico para el mundo.
Sin embargo, más allá del legado histórico, arqueológico y cultural de nuestros antepasados, nuestro país posee una oferta diversificada y moderna de destinos que es necesario potenciar si queremos posicionarnos como un polo de atracción turística global en los próximos años.
Nuestro país es mucho más que la riqueza arquitectónica heredada de la civilización inca.
Y sin desmerecer el valor y la vigencia de nuestra cultura ancestral, han ido surgiendo otros escenarios que revelan la riqueza de otros recursos y que han permitido la puesta en valor de una oferta turística variada, acorde con las exigencias del turista del mundo actual.
El reconocimiento del Perú como uno de los 10 países megadiversos del planeta ha permitido el desarrollo del turismo ecológico, con un creciente flujo de turistas extranjeros y nacionales que visitan desde las reservas nacionales y áreas protegidas, para apreciar la diversidad de la flora y fauna, hasta quienes llegan para actividades específicas como el avistamiento de aves.
Asimismo, el turismo gastronómico ha colocado al país en un lugar privilegiado en la región y el resto del mundo, de la mano de figuras como Gastón Acurio.
Se han difundido destinos con una oferta culinaria diversa, promoviendo la organización de ferias gastronómicas, teniendo como su máximo exponente a Mistura, que además difunde ante el mundo la variedad de alimentos nativos, costumbres y tradiciones culinarias de todas las regiones del país.
El turismo de aventura también ha experimentado, en los últimos años, una presencia importante de seguidores por la bondad de escenarios variopintos que ofrecen la oportunidad de practicar deportes como el canotaje, andinismo, montañismo, escalada de rocas, canopy, treckking, bicicleta de montaña y pesca deportiva, por citar las más conocidas.
Además, para los amantes de la aventura y del contacto con las comunidades del lugar que visitan, está el turismo vivencial, gracias al cual los visitantes toman contacto con las costumbres y tradiciones de las familias que los acogen, compartiendo con ellas las actividades rutinarias que realizan para obtener el sustento diario.
En tiempos de nuevas tecnologías y generaciones de turistas en una era digital se requiere fortalecer una oferta de servicios especializados con destinos segmentados que respondan a las necesidades de los visitantes.
Ya no basta con promover nuestro legado histórico como principal activo, sino potenciar nuevos escenarios basados en la riqueza variada que cada región del país tiene que ofrecer, apostando por una mejor infraestructura y servicios de calidad, de tal manera que se incremente el volumen turístico.
F/ El Peruano