ARABIA SAUDÍ IMPULSA EL TURISMO RELIGIOSO

Arabia Saudí está convirtiendo el turismo religioso en uno de los pilares de su ambicioso plan de diversificación económica Vision 2030. En 2025, cerca de 1,67 millones de peregrinos realizaron el Hajj, de los cuales 1,51 millones procedían de 171 países —un claro indicio de la naturaleza global de esta experiencia espiritual—, transportados principalmente por vía aérea, mientras los viajeros por tierra y mar apenas representaron un 8 %.
Aunque el número total de peregrinos en 2025 descendió un 8,5 % respecto a los 1,83 millones de 2024, el Hajj siguió siendo la mayor concentración religiosa del planeta. Sin embargo, es la Umrah, disponible todo el año, la que está impulsando la verdadera transformación: en el primer trimestre de 2025, 6,5 millones de peregrinos internacionales realizaron este rito, un incremento del 11 % con respecto al año anterior.
Desde el lanzamiento de Vision 2030 en 2016, Arabia Saudí apostó firmemente por el turismo —especialmente el religioso— como motor de crecimiento. A finales de 2023 ya se había cumplido la meta de alcanzar 100 millones de visitantes anuales, incluidos 27 millones internacionales, lo que ha llevado a plantearse un nuevo objetivo: 150 millones de visitantes totales para 2030, con 70 millones procedentes del extranjero. En 2023, el turismo religioso aportó 28 300 millones de dólares a la economía saudí , representando aproximadamente un 20 % del PIB no petrolero y un 7 % del PIB total.
El efecto económico es palpable y sostenido. En 2023, el turismo religioso generó más de 936 000 empleos, una cifra que podría crecer hasta 1,6 millones en 2030. Datos de Visa para el primer trimestre de 2025 reflejaron un aumento del 162 % en el gasto medio de visitantes durante el Ramadán en La Meca, pasando de 356 a 449 dólares por persona, mientras que en Medina el gasto subió un 64 %.
Para sostener este crecimiento, el Reino está llevando a cabo una transformación masiva en alojamiento, tecnología, transporte e infraestructura. La línea ferroviaria Haramain mueve hoy al 70 % de los peregrinos entre Jeddah, La Meca y Medina en menos de 45 minutos, mientras que el sistema e visa se ha ampliado para ciudadanos de más de 60 países. Proyectos emblemáticos como Neom, el proyecto Rua Al Madinah en Medina, el Red Sea Project y las restauraciones de Diriyah y Al Ula, buscan no solo atraer a turistas religiosos sino también captar a viajeros culturales y ecoturismo.
Rua Al Madinah, anunciado en 2022 por el Fondo Soberano Saudí, aspira a alojar a 30 millones de peregrinos antes de 2030, generando cerca de 93 000 empleos y sumando más de 37 000 millones de dólares al PIB. Por su parte, Neom, con una inversión inicialmente estimada en 500 000 millones, integrará atracciones religiosas, culturales y de aventura en un entorno sostenible y futurista . El proyecto del Mar Rojo contempla más de 50 resorts de lujo repartidos en 22 islas, promoviendo el turismo ecológico de alto nivel.
Además, programas de calidad de vida como el QOLP, con un presupuesto de 34 600 millones de dólares desde 2018, han creado entornos urbanos, cinemas, parques y eventos que mejoran significativamente la experiencia de los residentes y visitantes. Restauraciones en zonas históricas como Al Balad en Jeddah están devolviendo vitalidad a los entramados tradicionales, transformándolos en centros culturales y turísticos.
Sin embargo, la expansión no está exenta de desafíos. Hay críticas por los derechos humanos y la represión política, lo que genera cierto escepticismo sobre el equilibrio entre modernidad y tradición . El país también enfrenta el reto de traducir en visitantes internacionales viables esa cifra récord de 100 millones de turistas, de los cuales gran parte son peregrinos nacionales o religiosos.
Arabia Saudí ha transformado el turismo religioso de una tradición anclada en lo espiritual a un potente motor económico. Modernización de infraestructuras, impulso empresarial, hoteles, medios de transporte ultrarrápidos, visados con tecnología y conexiones globales están diseñados para sostener este crecimiento. Con hitos como Neom o Al Ula, el Reino busca consolidarse no solo como destino de fe, sino también cultural y vacacional.
F/ Red Mundial de Turismo Religioso
Publicado 28-06-25