TURISMO EN EL HORIZONTE, UN MUNDO DESAJUSTADO
VIVENCIAS CLÁSICAS, SOLO PARA SOÑAR
Aquella tarde se ha convertido en uno de nuestros mejores recuerdos cuando queremos rememorar lo que el turismo significa para el mundo de hoy. Nos estamos refiriendo a lo que de verdad se llama turismo, y no al imponente avance del movimiento de personas que asombra al mundo entero.
Una mujer de apariencia más bien tímida, nos acompañó por los viejos salones de Palacio Imperial de Hofburg, en Viena, para enseñarnos como se iba acomodando todo para el SilvesterBall que se celebraba el día siguiente, 31 de Diciembre de 2010. Un inenarrable espectáculo viendo a obreros subidos en escaleras, otros colocando alfombras, más con brochas en mano retocando paredes o muebles, y un inusitado servicio de limpieza que iba recogiendo cuanto quedaba de todo este impresionante movimiento. Nos enseñaría esta mujer, que era la directora del citado acontecimiento, el palco donde nos ubicaría al día siguiente en la imponente noche del Silvesterball, evento al que asistíamos por especial invitación al cumplirse sus 40 años de vida, y haber colaborado nosotros activamente en su despegue internacional.
Un recuerdo imperecedero que nos lleva hasta el Pao de Azúcar, en ese Río de Janeiro monumental, para desde lo alto observar toda esa teoría de playas, que si no son las mejores de mundo, sí que son la más famosas y espectaculares que conocemos, muy especialmente por la adecuada decoración que los brasileños han sabido darle a sus tesoros, que como punto final de atracción lo llenan las más que famosas “garotas” que tan bien canto Vinicius de Moraes. Otro paso más en el escenario del turismo mundial, que pronto nos colocaría en el inmenso Cancún, Viña del Mar y ¿Porque no? en la “promenade des anglais”- la avenida más famosa del mundo – en Niza, Costa Azul francesa, dentro de un impecable Rolls Royce, rumbo al Casino de Montecarlo.
Poder escribir esto y disfrutarlo en un plácido recuerdo, es parte de la aventura de la vida que nos ha tocado desfrutar, lo mismo que lo hemos hecho en un aula con alumnos de más de quince países de América, que atraídos por estas experiencias nuestras, llegaban a las Islas Canarias, para oírnos trasmitirles estas “aventuras”, y con el propósito de completar una formación turística que en sus países les habían enseñado, en algunos de ellos con cinco años de estudios, pero que por lo que les mostrábamos en Canarias, decían haber aprendido en seis meses más que todo lo que traían acumulado desde sus países. Pruebas irrefutables tenemos de estos hechos, porque para nosotros encajan perfectamente, con el conocimiento que contamos al principio, que vemos es la cuna de cuanto trasmitíamos a esos cientos de alumnos, con la particular aportación de un nutrido grupo de profesores a los que oportunamente habíamos inculcado la forma de cómo había que desarrollar y presentar los temas. Era lo que se dice “una gozada” que nos acompañaba – y nos sigue acompañando – en nuestros mejores sueños, que llegan hasta los que disfrutamos con las breves siestas… Todo un panorama de una vida que hemos disfrutado con la vista puesta siempre en la honradez de nuestra actuación, sin ambages ni momentos para olvidar, sino todo lo contrario, recogiendo cuanto ocurría a nuestro alrededor como una enseñanza – de lo bueno y lo malo – que había que comentar y trasmitir para que la operación que nos ocupaba, sirviese para algo positivo, a “las generaciones futuras” que diría el Informe Brundtland. Toda una enorme esperanza.
Ahí queda este comentario que se une, irremediablemente, a lo que ocurre hoy en nuestro entorno, pero sin olvidar ese escenario del Silvestarball, que culminaría la noche de fin de año bailando valses con una princesa rusa del tiempo de los zares, que vive en Australia y que hacía siete años asistía a este acontecimiento viajando junto a un grupo de amigos, desde Sidney a Viena. Turismo de lujo. Inenarrable.
Ahora, en este espacio que hemos acomodado, inclusive con nuestras propias manos, en un rincón del país de Machu Picchu, es un placer infinito poder recordar estas vivencias, pequeñas grandes aventuras que se extiende por toda esta América, de la misma forma que viajando en autobuses de la Greyhound americana desde San Antonio de Texas – ¡Ay su río, y su restaurante Islas Canarias! – hasta Tennese, inolvidable vivencia de más de 48 horas, que también está ahí, a la sombra de los buenos recuerdos, que no desprecian tampoco los familiares como parte de este medio resumen donde es imposible relatar todo un mundo de actividad que ahora nos asombra y nos deja perplejos ante muchas de las vivencias que reconocemos, parecen increíbles haberlas disfrutado.
La orla con las fotografías de más de cuarenta profesores y seiscientos alumnos, que decora nuestro lugar de trabajo, es una de las motivaciones que nos llevan a asombrarnos de cuanto hemos podido realizar en este periplo mundano, tan lleno de personas insulsas que no queremos recordar y sobre las que ponemos estos pensamientos positivos para ocultar los desmanes de cuantos forajidos han disfrutado de nuestro trabajo y de nuestra amistad. Lo siguen haciendo.
Esta es la hora, de disfrutar de unas bien elaboradas delicias gastronómicas peruanas – pastel de choclo, seco de cordero, ¡ceviche de pejerrey!, tamales de pollo… incomparable “causa limeña” – que alumbran y dan color a cuanto nos rodea, teñido por ese ambiente místico que imprimen estas rememoranzas, para sobreponerse sobre las insólitas situaciones que estamos viviendo, a cien mil años luz de distancia, de cuanto narramos aquí, algo que sirve para traernos de lleno a este mundo, y para justificar a quienes has tenido la desgracia de vivir en un mundo de la sin vergüenza, y la falta de una cultura que sepa apreciar cuanto aquí hemos volcado en este pequeño artículo.
Servir es mi ocupación, mi estrategia rotaria que nunca abandonaré.
Antonio-Pedro Tejera Reyes