EL TIEMPO ES ORO… Y DE BUENA LEY…

Los espacios para vivir, se han reducido de una manera increíble… recordamos hace varios años, que una amiga muy querida chilena nos comentó que en Santiago los departamentos tenía 45 m², al constatar los enormes departamentos que ella encontraba en el residencial distrito de San Isidro para alquilar y vivir unos años en Lima, mientras su gobierno la necesitara, y nosotros en ese tiempo no teníamos idea de cuánto espacio eran 45 m², el tiempo pasa los tiempos cambian y en la actualidad aquí en nuestro país Perú, se han popularizado las viviendas desde 50 m², claro eso depende del presupuesto y necesidades del cliente…
En ese contexto, tratando de minimizar el espacio que ocupan revistas y libros, viendo la importancia de si los conservamos o no, ya que ahora decimos ¿Para qué? Si todos lo encontramos en internet y al alcance de un click… Hallamos asimismo, unas hojas de una antigua revista argentina de nombre “PARA TI” de 1939, que a su vez encontramos hace algunos años entre las cajas de recuerdos de mi abuela, y que precisamente guardamos porque llamó nuestra atención cómo la autora Adriana Castelar, escribió un pequeño artículo que tituló “En que mataré el tiempo” y se trataba de un fin de semana largo en que la presunta heroína del citado escrito reflexiona «fin de semana, otoño, frío y cielo gris. Hay por delante una cantidad de horas baldías; la tarde del sábado, y todo el domingo… ¿Qué hacer durante ellas? Se preguntaba ¿En qué ocuparlas? Recuerden estamos copiando algo escrito en 1939…
La autora de este escrito, se hacía una serie de reflexiones acerca de lo que significa el tiempo y hacía esta reflexión en lo estrictamente comercial “el tiempo es oro y oro de ley” en lo que no le faltaba razón…
Si se hiciera realidad la máquina del tiempo, y situáramos a esta escritora, 80 años más tarde, que podría pensar esta inteligente mujer que escribía en una revista para mujeres tratando de enviar un mensaje acerca de lo que vale el tiempo… Seguramente volvería a cruzar el umbral de un mundo mejor que es donde posiblemente esté, si viera que hoy en 2019, el tiempo casi no nos alcanza para llamar por teléfono y tener una conversación amena con una amiga… y que los fines de semana largo, si es que nos quedamos en casa y no salimos a “turistear” ya no alcanzan para poner en orden todas las cosas que dejamos de hacer por falta de tiempo…
Y, en estas “cosas” van incluidos sentimientos y afectos… ya nadie escribe una carta ¿Para qué? Si se puede hablar por Whats App… ¿Para qué? Perder el poco tiempo que tenemos en escribir una frase de afecto completa como “te quiero mucho” cuando con un TQM es suficiente y sí mucho apura te mandan in «emoticón» cuyo nombre es la combinación de (emotion + icons) «Diz» que se sentimiento…o un emoji que puede representar cualquier cosas. El Twitter y sus 40 palabras, han obligado a inventar un lenguaje especial y se lee cada “horror” en los mensajes de texto, y opiniones muchas veces disparatadas y vulgares ya que el internet les permite el anonimato…
Es inconcebible, pero en esta era de la comunicación digital que se tiene facilidades nunca antes vista para comunicarse entre los pares, existe verdadera incomunicación, existe tal sensación de soledad en las personas llámense, generación X,Y, MILLENNIAL, Z, ALFA, O LOS NI…NI. Lo creemos así por la exposición que hacen de sus actividades íntimas, familiares, o lo que les “florezca” colgar en la red, pareciera que tienen que compartir sus actividades para sentirse parte de…
No perdamos el tiempo… Hay que disfrutar de nuestros afectos y compartir vivencias… que el tiempo… el tiempo señores… en esta época, no sólo vuela… se nos escapa de las manos dejando un vacío imposible de sustituir…y lo que pasó hace segundos… ya es pasado… sólo tenemos EL AQUÍ Y EL AHORA…Salvo mejor opinión…No somos dueños de la verdad…
Mg. Elena Villar
Directora
*Magister en Turismo y hostelería