EN HUNGRÍA SE LLAMAN KÜRTŐSKALÁCS O KÜRTŐS KALÁCS Y ES CONSIDERADO EL DULCE MÁS ANTIGUO DEL PAÍS.

También en Eslovaquia, en Rumanía, en Bulgaria o en la República Checa disfrutan de este reconfortante postre de sabor dulzón. Hablamos de la chimenea, un cono azucarado de masa esponjosa y recubierto de canela que es el postre ideal para los días más fríos.
Este postre, que suele comprarse en puestos callejeros, panaderías o pastelerías, se cocina alrededor de un cilindro colocado sobre un fuego abierto, una forma de elaboración que le confiere su característica forma. Es uno de los planes más típicos de los inviernos del este europeo: pasear por los mercados navideños o las calles bajo cero calentándonos las manos con uno de estos deliciosos postres recién hechos
Para elaborarlos, se enrolla su dulce masa alrededor del cilindro, bien espolvoreada con azúcar. El resultado es un dulce con forma de espiral, rodeado por una capa de azúcar caramelizado que forma una corteza dulce y crujiente, mientras la masa de su interior queda muy suave y blanda.
El término que da nombre a este delicioso postre procede de kürtő, que significa ‘chimenea’ en húngaro. Así, su nombre original significa “pastel con chimenea”, refiriéndose a su característica forma similar a la de una chimenea pequeña, con el vapor del pastel caliente recién cocinado saliendo por su hueco.
Ahora, este dulce aterriza en la capital de la mano de Lumiere Chimney Cake, una cadena originaria de Georgia que ha importado esta receta, trayéndola hasta el mismo centro de Madrid. Ubicado en la Plaza de Chueca, este local abrió sus puertas a principios de diciembre de 2024, convirtiéndose en pioneros en elaborar esta receta de manera tradicional en la capital.
Sus Chimney Cake se basan en una masa secreta a base de harina con forma de cono que se asa a la manera tradicional, coronados con un toque de canela y azúcar. Además de la chimenea por sí misma, en este establecimiento se puede añadir un relleno extra, ya sea de fruta, de toppings como galletas Lotus o frutos secos, e incluso de helado de diferentes sabores, creando un contraste de temperaturas delicioso. Su rango de precios comienza en los 6 euros y alcanza los 9 €, dependiendo de su tamaño y sus rellenos.