LIMA PUNTO DE ENCUENTRO. ¿PORQUÉ NO?
Por. Antonio-Pedro Tejera Reyes*
“déjame que te cuente limeña,
déjame que te diga la gloria…”
Inspirado en dos serios acontecimientos ocurridos a finales de este pasado año, nos ha saltado el recuerdo una brillante velada que tuvimos la suerte de poder disfrutar en el suntuoso Gran Hotel Bolívar, allá por los años setenta del pasado siglo, cuando fuimos sorprendidos por una amable e improvisada invitación a la celebración de una boda que se desarrollaba en las instalaciones del citado célebre hotel de la capital peruana, cuando apenas hacía unas horas que teníamos la suerte de alojarnos en tan regia unidad hotelera, en nuestro tránsito hacía Asunción, donde íbamos a celebrar el I Seminario de Cultura Turística de Paraguay, bajo los auspicios de la Secretaría de Turismo de aquella querida nación, y con la organización de nuestro instituto que aportaba los programas y el profesorado… Hasta las riberas de famoso lago azul de Ypacaraí fueron testigos de nuestra presencia, rubricada con una expectativa sin límites en ese Paraguay, regido entonces por la dictadura del presidente Alfredo Stroessner. El turismo se movía ya de forma incipiente en toda la faz de la América Hispana.
La presencia en el recuerdo de los elegantes y tradicionales salones del señalado Gran Hotel Bolívar, nos ha traído a la mente, en primer lugar la celebración de famoso KAISERBALL en la ciudad de Viena, que precisamente este mismo fin de año ha vuelto, como es costumbre, a batir el record con personajes asistentes al mismo de más de 91 países. Un clamoroso ejemplo de una sabia gestión que comenzó hace más de cincuenta años, y de la que fuimos unos de sus principales promotores y colaboradores, publicando sus excelencias en varios periódicos y revistas impresas del mundo, y ofertando miles de claveles para decorar el Palacio Imperial de Hofburg la noche de fin de año en que puntualmente se celebra esta acontecimiento mundial que cada año, como vemos, va superando sus cuotas de aceptación.

La imponente entrada al Palacio Imperial de Hofburg, la noche del Silvesterball 2010, con una orquesta de violines interpretando las piezas mas clásicas de los valses de Strauss, todo un preludio, de la maravillosa fiesta con la que se despide y recibe al año, en la romántica Viena. F/ Tejera Reyes.
En segundo lugar, la presencia de todo un amplio reportaje de la sin par Maria Dolores Pradera, que la televisión española nos ofreciera por estas fechas, signó – ¡cómo no! – ese sentir genial y melancólico que sus canciones respiran para traer a nuestra mente todo un simbolismo ancestral que destilan los valses peruanos con esa elegancia y sentimiento que esta singular cantante pone en todas sus interpretaciones, y que no son otra cosa que el reflejo del sentir de un pueblo que hoy une a todo el encanto de sus bellezas naturales geográficas e históricas, una poderosa gastronomía modelo ya en todo el mundo.
Los compases de la música de los Strauss en el KAISERBALL, suenan como un reflejo que bien pudieran ser la inspiración de una velada de fin de año en Lima, bajo el amparo de sus imponentes estructuras coloniales que desfilan junto a esos regios motivos ancestrales que los peruanos conservan celosamente, y que pueden ser el incentivo necesario para convertirse en un nuevo punto de encuentro del turismo mundial la Noche de Fin de Año.
El escenario espectacular de la capital peruana, así como sus singulares atractivos, bien pudieran ser el incentivo necesario para atraer a ese turismo que busca nuevas experiencias y lugares donde disfrutar de un ambiente distinguido, como el que rodea y se disfruta en la capital peruana.
Perú tiene eficientes promotores y personajes capacitados para liderar esta acción que con un buen montaje y un atractivo eficaz, puede situarse dentro de los acontecimientos mundiales de Fin de Año, unas vacaciones que ya están arraigadas en toda la comunidad de los distintos países de América, sin contar con la posibilidad sin límites de los europeos y norteamericanos.
El escenario está ahí.
* (Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo. UNWTO)