LA VIDA EN LA FAVELA: DESCUBRE LA OTRA CARA DE RÍO DE JANEIRO

Las favelas de Río de Janeiro son el corazón de la ciudad y de la cultura brasileña… ¡Descúbrelas en tu próximo viaje a esta «maravillosa ciudad»!
LAS FAVELAS
Lo normal es que los ricos miren por encima del hombro a los pobres, pero en Río es al revés. Son los pobres los que miran desde arriba a los ricos.
En las colinas que dominan las famosas y extensas playas de Río y los barrios colindantes de Ipanema y Copacabana, miles de cariocas (nombre que reciben los habitantes de esta ciudad brasileña) levantan sus casas con cualquier tipo de material que cae en sus manos y construyen las conocidas favelas.
Estos caóticos barrios de favelas han estado fuera de todo control durante décadas. Era demasiado peligroso adentrarse en ellas, incluso para los propios brasileños.
Sin embargo, y a pesar de su histórica mala fama, las favelas de Río forman parte de la riqueza cultural de la ciudad, igual que el Cristo Redentor, el Maracaná o el Carnaval.
De hecho, muchas de las escuelas de samba nacen en las favelas y las fiestas de carnaval no serían lo mismo sin ellas.
Si quieres descubrir qué hace moverse, o bailar, a esta ciudad, debes visitar las favelas. Una experiencia en estos barrios te ayudará a quitarte prejuicios y a entender mejor Río de Janeiro.
Los suburbios de Río de Janeiro, junto con otros muchos que aparecieron por todo el país, surgieron de la crisis de vivienda acontecida en el siglo XIX y que se agravó con posteriores crisis políticas. Desde el principio, estas construcciones ilegales y continuadas en el tiempo no eran más que una molestia visual que se debía erradicar.
Sin embargo, gracias a un cambio positivo y gradual de actitud que empezó a mediados de los 90, los esfuerzos por reintegrar las favelas dentro de la ciudad están dando sus frutos.
Este proceso de cambio, boicoteado por el alto índice de criminalidad y la continua violencia que reinaba en estas zonas, ganó impulso cuando Brasil fue elegido el país organizador de dos eventos internacionales importantísimos.
Con el Mundial de Fútbol, ya celebrado, y las Olimpiadas en el horizonte, el gobierno ha encontrado la motivación que le faltaba para poner remedio a los problemas más urgentes de las favelas.
El mayor cambio se ha producido con la introducción de las UPP (Unidades de Pacificación de la Policía), que han controlado más zonas y han conseguido que una docena de favelas sean más seguras. Con la introducción de estos cuerpos policiales se benefician tanto los visitantes, que quieren conocer la favela, como los que viven en ellas.
Y las vistas desde aquí son incomparables.
Cómo llegar
Da igual si quieres visitar las favelas solo un día o si prefieres vivir la experiencia completa y hospedarte con una familia en una de sus casas. Decidas lo que decidas, tendrás la oportunidad de conocer una parte fundamental del paisaje urbano de Río.
Hay una gran oferta de alternativas, pero antes de elegir una, asegúrate de que esa opción ofrezca los servicios de un guía local. De esta forma no solo vivirás una experiencia más auténtica, sino que estarás contribuyendo a desarrollar la zona.
Adéntrate en la favela y pasea por estrechos callejones que discurren entre un caos de casas y animados patios. También verás una jungla de cables eléctricos que cuelgan en sus calles y podrás comprar en los mercadillos callejeros, donde se vende artesanía y objetos artísticos locales.
Si entras en contacto con el día a día de los trabajadores y residentes de estas favelas, cambiará tu forma de verlas. Seguro que hará que dejes atrás los prejuicios que existen sobre estos barrios alegres, solidarios y con un sentimiento profundo de vecindario.
Pero si te alojas con una familia, irás incluso un poco más allá. Además de ahorrarte un poco de dinero porque evitarás el centro de la ciudad, te beneficiarás de la calidez humana, de la atención y de la honestidad de estas familias.
Quizás tendrás que renunciar a las comodidades de un hotel por alojarte en estas casas más humildes. Sin embargo aquí encontrarás cercanía, generosidad y un entusiasmo sincero, y eso no se paga con dinero.
Las favelas más seguras y también más pequeñas son las de la Zona Sul (la zona sur de Río de Janeiro), situadas a tan solo unos minutos de las playas. Acuérdate de elegir uno de los barrios que han pasado por el proceso de pacificación y, como si estuvieras en cualquier otra ciudad del mundo, intenta no causar ningún problema ni levantar susceptibilidades.
Si estás alerta, no te aventuras a ir por ahí tú solo (especialmente por la noche) y tienes cuidado de adónde enfocas con la cámara, no te pasará nada y podrás disfrutar de las animadas colinas de Río.
Da igual qué favela visites, seguro que encuentras buena comida, mucha música y una calurosa acogida. Cada favela tiene su propio estilo, pero hemos elegido las cuatro mejores para que puedas disfrutar de una auténtica experiencia.
Roçinha es la favela más grande de Río y también de Latinoamérica. Con una población aproximada de 150 000 habitantes, cuenta con una infraestructura más desarrollada que la mayoría del resto de favelas.
Vale la pena participar en los proyectos de turismo sostenible que se organizan aquí. En estos proyectos te enseñan las escuelas locales y otras instituciones que trabajan muy duro para mejorar la vida y la autoestima de los miembros de esta comunidad.
Las vistas también dejan patente el gran contraste entre este enorme suburbio y la zona de viviendas de lujo situadas en la costa a los pies de la colina.
Santa Marta
En cambio, Santa Marta es la favela más pequeña. Fue gracias a su tamaño la primera favela en recibir la protección de las UPP y está considerada como la más segura de todas. Aunque también es famosa por otras razones.
Una es la reluciente estatua dorada de Michael Jackson, un homenaje de cuando el Rey del Pop rodó aquí su videoclip “They don’t care about us” en 1996, algo de lo que los habitantes se sienten muy orgullosos, claro.
El proyecto de Haas & Hahn de pintar Praça Cantão, la plaza de la favela.
La otra razón por la que Santa Marta es famosa es por su plaza: Praça Cantão. La plaza, situada a la entrada de la favela, se ha convertido en un icono de la ciudad después del proyecto que ha llevado a cabo aquí el dúo holandés Haas & Hahn. Los artistas decidieron pintar las casas de vivos colores, desarrollando un proyecto de arte apoyado por la comunidad.
Puedes cogerte un teleférico gratuito que te llevará a lo alto de la colina, donde de nuevo, la vista te dejará con la boca abierta. Aquí podrás ver la desigualdad social que caracteriza a este país, pero también sus preciosas playas.
Ah, y también podrás bajar la colina en bici y jugar al paintball con el Pan de Azúcar de fondo.
Vidigal
En Vidigal los forasteros son bienvenidos y es una de las favelas más aburguesadas. Una zona muy famosa entre los cariocas más privilegiados, donde hasta incluso puedes encontrar un restaurante de sushi.
Los artistas suelen acabar aquí y por eso a menudo se la compara con el conocido barrio bohemio de Río: Santa Teresa.
Sube las escaleras que te llevan a lo más alto de la cima y disfruta de la impresionante vista de 180 grados del océano Atlántico.
Tavares Bastos
Tavares Bastos, la favela favorita para rodar videoclips y películas, es famosa por su vida nocturna. Aquí podrás meterte en una auténtica fiesta brasileña de funk o de samba, da igual, en Tavares Bastos lo importante es la música.
Aunque suene raro, esa fama de centro musical se la debe al visionario inglés y antiguo periodista de la BBC, Bob Nadkarni, quien se mudó aquí en los 80 y se pasó los veinte años siguientes construyendo lo que hoy es una pensión de nueve pisos con un bar en la azotea impresionante.
La pensión The Maze (llamada así por su estructura laberíntica) acoge dos fiestas jazz al mes en el bar de la terraza. Gente de toda la ciudad acude a estas veladas y desde luego tú no te lo puedes perder.
Ahora que ya lo sabes todo sobre las favelas de Río, ¡solo falta que te compres el billete para ir a Río de Janeiro!
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