INCOMPETENTES CON COMPETENCIAS
Por Antero Flores-Araoz E.*
Hace diez años se inició el proceso de transferencia de funciones sectoriales productivas en materia de agricultura, pesquería, industria, turismo, artesanía, energía y minería, del Gobierno Nacional a los Gobiernos Regionales.
Para la transferencia, se supone, fueron estudiadas las capacidades de gestión de cada Gobierno Regional, cuya certificación está sujeta al sistema de acreditación.
La transferencia no solamente comprende funciones, sino también el acervo documentario y los recursos presupuestales correspondientes que se encuentren directamente vinculados al ejercicio o desarrollo de las funciones o servicios transferidos.
Algunas Regiones que gestionaron la transferencia de funciones ante el Gobierno Central, que clamaron y reclamaron por ello, que protestaron cuando hubo demora en el trámite, lamentablemente poco o muy poco han hecho con las funciones transferidas.
Si bien es cierto por la centralización de funciones y competencias en el Gobierno Central, los ciudadanos administrados tenían que hacer sus pedidos, gestiones y trámites en la Capital de la República, con gasto en innumerables viajes, estadías, alojamientos, y transporte, pasaron de Guatemala a Guatepeor. Pese a todos los sobre costos, traslados y demoras, los trámites en Lima duraban bastante menos que lo que demoran en algunos de los Gobiernos Regionales.
Es verdad que los ciudadanos no requieren ya viajar a Lima para muchas de sus gestiones, pese a lo cual la desatención en las reparticiones de algunos Gobiernos Regionales es calamitosa, lenta, con exceso de burocracia y falta de soluciones.
Nos preguntamos ¿para qué demonios insistían en la transferencia de competencias, si son incompetentes para ejercerlas? Lo peor es que los Gobiernos Regionales remolones, flojos, dispendiosos e ineficientes, dañan a los que actúan razonablemente bien, ya que desprestigian al proceso de descentralización vía la regionalización.
El tema es grave en materia de inversiones, pues cuanto más demoren autorizaciones, licencias, concesiones y permisos, más demorará la puesta en marcha de nuevos emprendimientos, se perderá posibilidades de puestos de trabajo, se encarecerá los costos necesarios para las nuevas actividades productivas, el Estado no recaudará los correspondientes impuestos, y el país todo perderá por los malos e incompetentes funcionarios que no hacen las cosas ni bien ni a tiempo.
Por ejemplo hay regiones a las que se le transfirió desde el COFOPRI, todo lo vinculado con la formalización y titulación de predios rústicos, incluso adjudicación de tierras eriazas para implantar en ellas agricultura u otros emprendimientos, con inversiones de captación de aguas de regadío, canales de riego, pozas, embalses, semillas y abonos entre otros. Recibieron los expedientes así como los recursos presupuestales. ¿Qué han hecho? En buena cuenta nada de nada. Los expedientes encajonados, no los mueven ni dan cuenta de ellos, y menos aún los resuelven.
Sería conveniente establecer que cuando no se cumplen con las funciones transferidas a las Regiones, vuelvan a su origen, pues la desidia burocrática regional no tiene porque perjudicar al sufrido administrado.
No hay que dar competencias a los que son incompetentes, con perdón de las buenas gestiones regionales, que también las hay.
* Reconocido jurista y político peruano Fundador del partido ORDEN
Ha sido Diputado, Constituyente y Congresista de la República del Perú, siempre de la mano del Partido Popular Cristiano. En el 2004, fue electo como Presidente del Congreso entre otros importantes cargos diplomáticos.
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