Es una comedia palaciega de Lope de Vega Carpio, varios versos parodian y hacen burla de la "Soledad primera" de Góngora, que circulaba por Madrid entre mayo y junio de 1613. Su título hace alusión al refrán «El perro del hortelano no come ni deja comer». El refrán lo tratamos hoy, porque pensamos que las situaciones que hemos vivido estas dos últimas semanas bien lo ameritan. Todo el mundo conoce puesto que vivimos en una aldea global que tuvimos 9 mineros atrapados por más de una semana en la mina “cabeza de negro” felizmente rescatados, luego hemos vivido días de angustia con los 36 trabajadores secuestrados por un grupo armado en la selva de la región Cuzco y que fueron liberados el pasado sábado.
En ambos caso el Presidente del Perú Ollanta Humala estuvo presente y supuestamente todo estuvo coordinado, tanto con los técnicos necesarios en el primer caso y con las fuerzas armadas en segundo para coronar con éxito ambas acciones. No obstante, y aquí viene la mención del refrán, empiezan las especulaciones que si fue una acción del gobierno, que si sólo estuvo para la foto, que si patatín, que si patatán. No señores, lo importante es que se hizo, que las operaciones resultaron exitosas, no tratemos de minimizar los logros, no importan quien lo haga así no sea de nuestras simpatía y/o ideología lo importante es trabajar en función de patria.
El ex presidente Alan García hizo un muy buen análisis de la mentalidad del hombre peruano del cual vamos a copiar textualmente algunos párrafos ya meridianamente hace referencia que si el Perú no es un país desarrollado es nada más y nada menos que por su gente (No somos apristas) pero vale la pena leerlo y lo pueden encontrar en El Comercio.com
Dice Alán “Hay millones de hectáreas para madera que están ociosas, otros millones de hectáreas que las comunidades y asociaciones no han cultivado ni cultivarán, además cientos de depósitos minerales que no se pueden trabajar y millones de hectáreas de mar a los que no entran jamás la maricultura ni la producción. Los ríos que bajan a uno y otro lado de la cordillera son una fortuna que se va al mar sin producir energía eléctrica. Hay, además, millones de trabajadores que no existen, aunque hagan labores, pues su trabajo no les sirve para tener seguro social o una pensión más adelante, porque no aportan lo que podrían aportar multiplicando el ahorro nacional”. Pero la demagogia y el engaño dicen que esas tierras no pueden tocarse porque son objetos sagrados y que esa organización comunal es la organización original del Perú, sin saber que fue una creación del virrey Toledo para arrinconar a los indígenas en las tierras no productivas”.
Continúa “¿Cómo aprovecharlo? Ahora que el petróleo aumenta y seguirá aumentando su precio, debemos pensar en la generación eléctrica que es renovable, casi eterna y limpia. Y pensar su uso y su venta en términos continentales. Grandes centrales eléctricas hechas sobre el Marañón y en las caídas del bajo Urubamba, nos permitirán vender energía a Ecuador, Colombia, Chile, Brasil. Pero eso tienen que hacerlo grandes capitales privados o internacionales que necesitan una seguridad de muy largo plazo para invertir miles de millones y para poder recuperar sus inversiones. Pero el perro del hortelano dice: ¿Por qué van a hacer dinero con nuestras caídas de agua? Mejor que lo haga el gobierno regional. Pero no dicen con qué dinero”
“Frente a la filosofía engañosa del perro del hortelano, la realidad nos dice que debemos poner en valor los recursos que no utilizamos y trabajar con más esfuerzo. Y también nos lo enseña la experiencia de los pueblos exitosos, los alemanes, los japoneses, los coreanos y muchos otros. Y esa es la apuesta del futuro, y lo único que nos hará progresar”. Y en ese momento (2007) no existía el problema de “Conga”… Amén... |