Escuchamos la radio y vimos T.V preocupados el viernes santo, el día más triste de Semana Santa, porque en realidad es doliente, el cambio que ha sufrido esta fecha de recordación cristiana, pensamos que no tenemos nada que celebrar, ya que recordamos la escalofriante crucifixión de Jesús, sacrificio axiomático por lo que ahora todos los cristianos del mundo después de 2012 años “celebramos” esta inmolación. Es más vimos y escuchamos al Cardenal Juan Luis Cipriani, en el programa de Jaime de Althaus la Hora N desear una “Feliz Semana Santa”, con todo el respeto que merece su alta investidura ya que somos católicos, nos parece fuera de lugar ese “Feliz Semana Santa”, ¿Que tendríamos que celebrar? No olvidemos que la T.V. es un medio masivo que alcanza a millones de espectadores de todos los niveles culturales y sociales, y que personas generalmente jóvenes con poco o ninguna formación religiosa pueden confundir el mensaje y dedicarse a la “farra o sea a ser feliz”. Por ello vemos apenados que las celebraciones de Semana Santa en las provincias se han vuelto un espectáculo folklórico, atracción de turistas, buen negocio para muchos.
Escuchamos además, que las personas preguntaban ¿Por qué no se comía carne en Semana Santa? Eso también lleva a confusión por la poca o ninguna explicación. No se trata de ingerir carne, realmente la palabra ayuno involucra el cambio de la dieta, además el comer carne o pescado en estos días no nos hace más o menos pecadores, eso está implícito dentro del espíritu de cada uno. Por el contario mis queridos amigos, la abstinencia se refiere a abstenerse valga la redundancia de los placeres carnales, salvo mejor opinión.
Lo que si merece todo nuestro respeto y felicidad es La Pascua también llamada Pascua Florida, Domingo de Pascua, Domingo de Resurrección o Domingo de Gloria, celebramos y/o festejamos la resurrección de Jesús al tercer día después de haber sido crucificado, y marca el final de la Cuaresma, un período de cuarenta días de ayuno, oración y ¿penitencia?.
Retomado el tema que nos ocupa. y llevándolo hacia el turismo, la Semana Santa ha perdido toda su esencia espiritual y se ha convertido en un atractivo turístico y las personas en su mayoría viajan hacia un destino que tiene fama de celebrar esta recordación de manera especial, como una forma de admirar un espectáculo, con el consabido disfrute que permiten unas vacaciones que de Santa no tienen más que el nombre, o tal vez se pensará que se está practicando “turismo religioso” (para los detractores, si existe, está a la vista)
No queremos pecar de chuavinistas, más nos preguntamos ¿No será que el mercantilismo en el que vivimos que favorece a muchos, incluidos algunos l gobiernos, en los que se han perdido todos los valores espirituales, la causa de tanta violencia que nos afecta? No somos laicos consagrados, no hemos estudiado teología, somos cristianos que sentimos y amamos nuestra fe. |