ALGO SOBRE LA INTRANSIGENCIA
Por. Antonio-Pedro Tejera Reyes*
Benjamín Franklin* en su autobiografía, cuenta como triunfó en el hábito de discutir, y de qué forma modificó su manera de ser, llena de prejuicios.
“Adopté la regla – cuenta Franklin – de eludir toda contradicción directa de los sentimientos de los demás, y toda afirmación positiva de los míos. Hasta me prohibí el empleo de aquellas expresiones que significaban una opinión fija, como “seguro”, “indudablemente”, etc., y adopté en lugar de ellas, “por cierto”, “creo”, “al parecer”, “entiendo”, “imagino”, etc.. Cuando otra persona aseguraba algo que a mi juicio era un error, yo me negaba el placer de contradecirla abiertamente y de demostrar enseguida algún absurdo en sus palabras. Al responder comenzaba observando que “en ciertos casos”, “en circunstancias”, su opinión podía ser aceptada. Pero que, en el caso presente “me parecía” que había cierta diferencia, etc. Pronto advertí las ventajas de este cambio de actitud. Las conversaciones que entablaba proseguían más agradablemente. La forma modesta en que exponía mis opiniones les procuraban una recepción más pronta y menos contradictoria; me veía menos mortificado al notar que estaba en un error, y conseguía más fácilmente que mis contertulios admitieran sus errores y se sumaran a mi opinión cuando esta era justa.”
Estamos comentando un ejemplo vivo y aplicado de las variables que puede producir la actitud humana, donde la intransigencia debería ser desterrada para dejar paso a la moderación y al entendimiento. Procede este comentario desde la filosofía rotaria, ya que uno de sus lemas dice “dar de sí antes de pensar en sí”, lo que viene a ser una especie de rubrica a lo que nos explica Benjamín Franklin.
Conviene entonces que tengamos siempre presente la necesidad de un proceder tendiente al acercamiento personal, con un gran sentido de la amistad y la simpatía, evitando las fricciones en los contactos sociales. Es sano conversar. Es el mejor medio para contrastar nuestras opiniones y criterios, generalmente forjados sin toda la óptica necesaria para ilustrarlos.
Formarse una opinión es fácil, pero también puede ocurrir que esa opinión esté equivocada o mediatizada por quienes nos la han trasmitido, sin una información concreta y leal. Una conversación sana y veraz, donde salga la luz, es más que necesaria, para que los hombres sepan comprenderse, respetarse y apreciarse, algo absolutamente obligado en el complicado mundo en que vivimos.
* Benjamín Franklin. Estadista, escritor y hombre de ciencias norteamericano (1706-1790). Fue uno de los firmantes de la Independencia de los Estados Unidos de América. Tratadista de numeroso temas en beneficio de la humanidad. Inventor del pararrayos.
* Autor Del libro, SOCIOLOGIA ROTARIA II; Capítulo, REGIMEN INTERIOR.